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Martín Cuesta
Enviado a Cannes
Sábado, 17 de mayo 2025
El nombre evoca glamour y estrellas, pero para los profesionales del sector es el mercado y foro cinematográfico más grande e importante del planeta. Aquí ... se gesta gran parte del cine que veremos en los próximos meses. Para el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), uno de los principales certámenes de España, acudir a Cannes es una necesidad estratégica. Cada mayo, un pequeño equipo del FICX se sumerge en este colosal laberinto audiovisual. El director, Alejandro Díaz Castaño, y el jefe de programación, Tito Rodríguez, están al frente de la representación del FICX en esta cita, subrayando la importancia de la misma.
El contraste de escala es brutal. Si el FICX presenta unas 200 proyecciones, Cannes supera las 2.000 solo sumando secciones oficiales, paralelas y pases del Marché du Film. Un tamaño que da vértigo y exige un ritmo frenético. Tito Rodríguez describe el desafío: «El Festival de Cannes es el que plantea más retos para los programadores. Hay que combinar ejercicios casi como en un decatlón». Este 'decatlón' implica una gestión del tiempo milimétrica. «Encontrar huecos horarios para los diferentes visionados de películas es solo una parte», explica Rodríguez. «Hay que combinar esto con las reuniones con las distribuidoras que manejan los derechos... así como con las Agencias e Institutos Oficiales de cada país para saber qué está en producción en cada uno de ellos». La labor es una combinación de prospección y negociación. El objetivo es doble: ver el cine más relevante en las secciones y el mercado para futuras ediciones del FICX y, crucial, conocer el cine que aún está en producción.
Según Alejandro Díaz Castaño, «en un Festival como el de Cannes, el FICX ha encontrado alguno de sus nombres y títulos más recordados y queridos por el público gijonés». Añade que «Cannes también es un lugar perfecto para mantener una reunión como la que tendrá con la red europea de festivales, Europa Film Festivals, a la que el FICX pertenece y que representa la búsqueda de crear redes supranacionales dentro del contexto de la Unión Europea, una búsqueda de conexión que también alcanza lo cinematográfico». Además, destaca que «el trato de todos estos años con todos estos agentes de la industria internacional en Cannes y otros eventos consigue que el nombre de Gijón sea un referente dentro del sector».
«Cannes no solo sirve para conocer el cine que se está haciendo hoy, pero también el que se hará mañana», afirma Tito Rodríguez. «En todas las reuniones las productoras y distribuidoras comentan los proyectos cinematográficos que verán la luz en los próximos meses y que también podrían formar parte de un Festival como el FICX». Esto permite al FICX estar a la vanguardia e identificar tendencias.
El día a día está marcado por un ritmo implacable. No hay tiempo para el turismo. Las jornadas son maratonianas. «Son jornadas intensas que empiezan a las 6.30 de la mañana con el ritual de reserva de entradas para las diferentes sesiones», relata Rodríguez. Asegurarse un asiento requiere madrugar. Tras las primeras proyecciones, llegan las reuniones. Decenas de ellas, en pasillos del Marché du Film, stands nacionales, hoteles... Cualquier lugar es bueno para discutir sobre cine, derechos y proyectos. Estas reuniones son vitales para tejer la red de contactos internacional del FICX.
La tarde continúa con más visionados. Y la jornada no termina cuando cae el sol. «Termina habitualmente a las 00.30 con el último pase del día', señala Tito Rodríguez. Y a menudo, se prolonga aún más: »A veces puede alargarse hasta las dos de la madrugada o más si hay que incluir en el visionado alguno de los llamados 'pases de medianoche' del Festival«.
Trabajar en Cannes es un ejercicio de resistencia. Implica tomar notas, analizar cada película para el FICX, negociar y estar atento a oportunidades. Es un trabajo de campo intensivo, fundamental para el éxito de la programación meses después.
Esta presencia constante en Cannes, año tras año, junto a la participación en otros eventos clave, ha tenido un efecto positivo. El FICX es un actor reconocido en el circuito internacional, lo que facilita el acceso a películas y figuras relevantes.
Asistir a Cannes es una inversión indispensable. Es la puerta de entrada a un volumen de producción inabarcable desde Gijón, la oportunidad de establecer relaciones directas con los principales agentes de la industria y la posibilidad de ver el futuro del cine. El 'decatlón' de Cannes es agotador, pero es el pistoletazo de salida para empezar a construir la próxima edición del Festival de Cine de Gijón. Un trabajo esencial que garantiza que la ciudad siga siendo cada noviembre una ventana privilegiada al mejor cine del mundo.
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