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La importancia del tamaño de las empresas, la posibilidad de alianzas y fusiones sin perder la identidad, la falta de relevo generacional, en muchos casos, y un asesoramiento bueno a la hora de tomar determinaciones empresariales fueron algunas de las cuestiones que se abordaron en la mesa redonda organizada por EL COMERCIO.
Bajo el título '¿Cómo abordar el problema de la dimensión empresarial en Asturias?' Pilar Martínez, CEO de Llana Consultores; María Calvo, presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade); Manuel Gómara CEO, de IPG Dental, y Emilio Ovies, de Autecnia, pusieron de relieve algunas de las necesidades más relevantes para llevar a cabo el recorrido empresarial y corporativo más adecuado. Partiendo de datos como que el 99% de las empresas en España son pymes y representan más del 75% de los puestos de trabajo y su volumen de negocio concentra el 65% del PIB. Con todo esto, para crecer, para desarrollarse una sociedad, una ciudad, una comunidad, un país, necesitamos que nuestras empresas no solo se mantengan, sino que vayan creciendo.
Llana Consultores, con más de medio siglo de existencia, insiste en que la mentalidad ha cambiado y es necesario adaptarse a los nuevos tiempos para sobrevivir y crecer. «Hace más de 35 años que nos dedicamos a temas corporativos. En los inicios, las pymes trataban de sacar adelante su trabajo y a no pensar en el tamaño de la empresa, sino sobrevivir y crecer. Pero en los últimos 15-20 años, esto ha cambiado», aseguró Pilar Martínez. Y es que las operaciones corporativas son muy importantes para las pymes, matizó, porque crean tamaño, profesionalidad y solucionan problemas estratégicos de la compañía, no solo desde el punto de vista adquirente sino también del adquirido. «Nosotros tenemos la experiencia de acompañarlos en un proceso largo, duro y que une mucho entre el consultor y la compañía, bien sea adquirente o adquirida».
En Asturias contamos con un tejido empresarial muy diversificado y robusto, recordó María Calvo. Mientras en los años 80 dependíamos de la gran empresa pública, ahora «nos hemos ido transformando y han ido ocupando más espacio otros sectores que también contribuyen mucho a la riqueza y al empleo de la región; desde luego el sector turístico, pero también la construcción, el comercio, las TIC que han ido creciendo en un entorno unido a los parques tecnológicos y a la Universidad y debe ser una apuesta de que gane más peso en el futuro próximo», aseguró. La presidenta de Fade está convencida de que en esta región «hay personas de mucho talento, bien formadas y cualificadas, pero tenemos un problema de tamaño; el 99% de nuestras empresas son pymes y calculamos que necesitaríamos 800 empresas más de más de 50 trabajadores que dieran ese salto para estar en la media española en cuanto a tamaño, y eso supondría que se podían generar, si nos comparamos con la media española, unos 39.000 empleos más». Por ello, ese es un gran reto para dar el salto en tamaño.
Los elementos que determinan el tamaño de una empresa son, para la CEO de Llana Consultores, tres. «Uno es el volumen de negocio, la facturación que tiene; otro es el volumen de empleados y el tercero, el activo y la deuda que tiene». En una operación corporativa influyen, además, muchos otros factores «porque hay muchas formas de poder crecer». No es lo mismo, recalcó, una startup que en lo que te fijas es en su innovación, en lo que puede aportar, que una compañía más madura que quizás lo que pretende es adquirir una unidad de negocio de determinada empresa.
El principal reto para una empresa, cuando nace el primer año, los primeros meses, es sobrevivir y ver que el negocio es viable, «pero una vez que superas esa primera fase, si realmente quieres crecer, la clave está en tener una mentalidad muy abierta; de lo contrario es muy complejo crecer», dijo Emilio Ovies, de Autecnia, una empresa que inició su actividad tres meses antes de la pandemia con dos personas y cuentan en la actualidad con una plantilla de 38. Ovies recordó que las situaciones de una empresa pueden cambiar por causas ajenas a la misma y hay que estar preparados para ello. E insistió en la necesidad de «asesorarse con profesionales» antes de emprender determinaciones importantes, «para ir creando el camino y que cuando llegue el momento estar preparados».
Fusión y unión antes de desaparición. Esa es una de las soluciones posibles para una empresa con dificultades. Pero la pérdida de identidad de la matriz es uno de los frenos para muchos empresarios asturianos. «No tiene por qué ser así, ya que los inversores entran como minoristas y el empresario original tiene el control para ciertos temas. Puede y debe haber acuerdos» afirmó Martínez.
Tradicionalmente confundimos la propiedad y la gestión, puntualizó Calvo, al frente de una entidad con 160 asociados, de los cuales 87 son asociaciones y el resto empresas singulares. Lo necesario ante posibles alianzas es «primero tener una empresa más profesionalizada, para estar al día en la gestión y en las exigencias del mercado; será así más fácil dar cabida a un inversor o a otras operaciones corporativas».
Toda operación que haya en el mercado tiene, señaló Martínez, que estar «bajo el prisma de un profesional, de un asesor financiero que apoye a la empresa y la dirija».
Martínez animó al empresariado asturiano a que apuesten por este tipo de operaciones porque «solucionan muchos problemas, mejoran el mercado empresarial y lo hace más competitivo, innovador y tecnológico».
Manuel Gómara lo tiene claro: «una empresa estancada es una empresa que tiende a morir». CEO de IPG Dental, creada en 2008 como un distribuidor dentro de la industria dental inició su crecimiento en 2020, creando una startup. Fue el momento de la reconversión. «Pasamos de ser solo una persona a una veintena de trabajadores y a los sesenta actuales, y aparte de ser distribuidores aportamos la pata que nos faltaba: la innovación y la producción».
Para Gómara, «el mayor reto es aprender a crecer, porque no es sencillo. Y la percepción de crecimiento es mucho mayor a la consolidación». Pero siempre, añadió Martínez, «tener una planificación muy clara de cómo quiero crecer».
«El empresario asturiano es muy tradicional», coincidieron los ponentes y lo más adecuado para emprender es «tener formación y experiencia y asesorarse». El tamaño importa para ser más competitivos, para atraer talento e innovar, pero que hay que vencer las resistencias culturales y tener ambición y ganas», concluyeron.
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