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Al igual que habían declarado en la fase de instrucción, cinco buzos que viajaban justo detrás del autobús siniestrado aquel 3 de septiembre de 2018 ... en la AI-81, en dirección a Gijón, a la altura de Llaranes, declararon este lunes que no vieron la colisión y que el conductor estaba consciente cuando entraron en el vehículo para tratar de ayudar.
Viajaban en tres coches diferentes y los cinco que este lunes han testificado han coincidido en señalar que lo único que vieron fueron los conos y las balizas de señalización en medio de la carretera y una gran polvareda. «De hecho hicimos el comentario: ¿Qué pasó aquí, un tornado?», ha explicado gráficamente uno de ellos.
Al pasar junto al autobús observaron la magnitud del accidente y pararon en cuanto pudieron en el arcén. Son profesionales formados en primeros auxilios y con conocimientos en procedimientos de socorro. Han calculado que no tardarían más de tres minutos en llegar al vehículo mientras uno de ellos se quedaba a organizar el tráfico para evitar un atasco. De la que iban ya se encontraron a un hombre ensangrentado yendo hacia ellos.
A pesar de que no vio el impacto, el conductor del primer coche, que fue además quien atendió al Omar López, cree que «hubo maniobras evasivas porque vi algún movimiento, como si intentase llevar el autobús hacia la vía». Como harían sus compañeros después, también ha dicho que el conductor tenía la mitad del cuerpo por fuera del cristal vehículo y que estaba consciente. «Estaba súper desorientado, intentaba salir pero no podía, tenía una pierna enganchada en el chasis», describió otro. Tiraron de él, lograron sacarlo y le practicaron un torniquete.
Mientras sus compañeros, que no pudieron pasar por el interior del autobús hacia atrás debido a la pilastra que estaba incrustada hasta la fila 4 (calcularon), buscaron un tablón de madera y forzaron desde el exterior la puerta de atrás. «Las ventanas estaban llenas de cristales. Pusimos algo para que sacar a los heridos por las ventanas y que no se cortasen», han explicado. Su preocupación era sacar a los viajeros por si se incendiaba el vehículo en el que, según han detallado, había «un ruido muy grande».
Cuando llegaron los Bomberos de Asturias los pusieron al día e incluso aguantaron un poco más hasta que fueron apareciendo el resto de las emergencias y ya la Guardia Civil les permitió marchar.
Han sido citados a declarar como testigos por la Fiscalía del Principado, a quienes el abogado de la defensa ha preguntado principalmente por la señalización de las obras que en ese momento se estaban realizando allí. Según han indicado, solo había conos y las barreras rectangulares que se suelen rellenar de agua. En ambos casos de plástico, de tal forma que «cualquier vehículo a motor podría atravesarlo», ha afirmado a preguntas de la defensa.
En aquel momento se estaban realizando las obras de los nuevos accesos al Polígono Empresarial del Principado de Asturias (PEPA). La velocidad estaba limitada y había también señalización de obras en el entorno.
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