La Audiencia ordena investigar el embrollo de las multas a tres policías locales de Siero

En el auto se señala que esos boletines de denuncia «se basarían, presuntamente, en un cambio de la orden de aparcamiento para ampararlas». Asimismo, los denunciantes también relatan que las horas recogidas en los boletines habrían sido alteradas. «Ciertamente, ni en la denuncia inicial ni en el recurso se ha acompañado copia de los boletines de denuncia, pero, según resulta de la denuncia inicial en su apartado petición de prueba, existen expedientes de las multas, desconociéndose el estado de las mismas y si fueron recurridas o recayó algún tipo de resolución».

Desde la Audiencia se observa, en el caso de autos y con la documentación de la denuncia, «que la resolución de sanción se habría dictado sin estar amparada por norma jurídica, o incluso creando la norma 'ad hoc' para soportar la misma. A ello se le une la mención de alteración de las horas de las denuncias, que podrían llevarnos a pensar en la concurrencia de otros tipos penales», esto es, por falsificación de documento. «Por lo expuesto, el sobreseimiento, si bien sucintamente motivado, es prematuro y deben practicarse los actos de instrucción que, con libertad de criterio, estime pertinentes la instructora para el esclarecimiento de los hechos». Contra esta resolución no cabe recurso.

La polémica la destapó este periódico con una información referente a que policías locales increparon al jefe tras ser sancionados: «Se baja usted los pantalones muy rápido». Según el informe, se procedió al cumplimiento de la orden del Ayuntamiento para sancionar a los vehículos que se encontraban mal estacionados, «retirándose un cuarto vehículo antes de la denuncia».

Pocos días después, el 24 de octubre, tres vehículos aparecieron estacionados en la zona reservada ante la Casa Consistorial, donde figura prácticamente la misma señal (autorizado a servicios municipales y autorizados). Uno era el de uso personal del alcalde, Ángel García, 'Cepi'; los otros correspondían al vehículo oficial de la Alcaldía y a otro adscrito al servicio municipal de Urbanismo. Desde el Ayuntamiento se comunicó entonces desconocer el criterio por el que fueron sancionados. Sin embargo, un mando preguntó por la última orden dada por el jefe en funciones. Esta establece que se deberán, en todo momento, «tener controladas las dos zonas de estacionamiento prohibido, excepto a vehículos municipales, frente a la comisaría –donde fueron multados los tres agentes– y en su frontal, denunciando los vehículos que no sean municipales ni estén realizando servicios municipales».

Al día siguiente, el 25 de octubre, hubo reacción del alcalde. «Quiero pedir disculpas a los ciudadanos por tener a estos personajes en el cuerpo de la Policía, cuestión con la que llevo luchando desde que accedí a la Alcaldía en 2015». 'Cepi', en relación con esas sanciones a vehículos «que están rotulados», criticó que «no saben distinguir lo que es un servicio municipal de uno privado. Creen que están por encima del bien y del mal, y actúan de una manera próxima a la prevaricación y al abuso de autoridad. Los coches de servicios públicos no tienen por qué ser de titularidad del Ayuntamiento», explicó, ya que se trata de vehículos de renting.

Y para atacar ferozmente a los policías locales recurrió a la broma. De una bolsa sacó dos peluches, Epi y Blas, del popular programa televisivo infantil de los años 80 del siglo pasado. «Como tienen esa confusión, hemos 'contratado' a dos personas para que a estos individuos les den un cursillo de nociones básicas de dónde pueden o no aparcar los ciudadanos. Han llegado directamente hoy Epi y Blas para que expliquen a estos fenómenos lo que es un servicio público y uno particular».