María Joglar, presidenta de la Asociación de Peñas del Real Oviedo: «Desde el ascenso ya hemos recibido peticiones para crear cinco peñas nuevas»
«El sábado, cuando acabó el partido, me acordé de muchos de esos amigos con los que pisamos tanto barro»
La Asociación de Peñas del Real Oviedo 'Aparo' nació en 2003, probablemente el año más difícil de la historia del club y lo hizo ... para ayudar. Ahora ve recompensado todo el esfuerzo, tal como reconoce su actual presidenta, María Joglar (Riosa, 1984). El objetivo es seguir en la misma línea y crecer para seguir fomentando el oviedismo. Desde el ascenso del Real Oviedo ya se han iniciado los trámites para fundar cinco nuevas peñas, que permitirá superar la centena a lo largo de la temporada.
–¿Cómo se vivió desde la Aparo el ascenso?
–Muy contentos e ilusionados por lo que se viene. En especial por mucha gente joven que nunca ha vivido una situación como esta. Es gran alegría por el sector de personas mayores que pensaron que no lo volverían a vivir.
–¿Qué les transmiten los oviedistas?
–La ilusión está desbordada y desde el sábado ya hemos recibido peticiones de cuatro o cinco personas que están interesados en formar nuevas peñas del equipo. Ahora somos 95 y estoy segura que se superarán las 100 esta campaña.
–No se recuerda una muestra de alegría como la del pasado fin de semana en Oviedo
–La celebración fue espectacular y no hace otra cosa que reflejar las ganas que el oviedismo tenia de regresar al lugar que le corresponde. Ver las calles teñidas de azul, la alegría fue muy emocionante. Además, no solo se vivió en Oviedo y fueron los ovetenses los que lo celebraron, vinieron oviedistas de toda Asturias, de toda España e incluso del extranjero.
–Había muchas ganas...
–Esta afición se lo merece más que ninguna por todo lo que pasó durante casi un cuarto de siglo. Fueron momentos muy difíciles en los que en muchas ocasiones se vio cerca la desaparición. Ahí es donde el oviedismo se hizo grande.
–Ahora toca disfrutar, pero también seguir trabajando
–Va a ser un verano espectacular para los oviedistas. En los momentos más difíciles del club la Aparo siempre estuvo ahí, el otro día lo recordaba en un encuentro con los expresidentes. Ahora que vienen las buenas vamos a seguir estando con la misma ilusión de poder ayudar al club, apoyar al equipo y fomentar el oviedismo.
–¿Va a cambiar el trabajo de la Aparo en Primera?
–La idea es mantener lo que veníamos haciendo hasta ahora, pero con más peñas igual que sucedió en los últimos años. Cuando el equipo va bien hay más abonados en el club y más peñas. Entre finales del 2024 y en lo que va de año se fundaron once peñas nuevas.
–¿Se acabarán los problemas con las entradas?
–Es evidente que los campos tienen aforos mayores, pero tendremos que ver la disponibilidad y los acuerdos entre los clubes. Desde la existencia de la Aparo las entradas siempre se distribuyeron de la misma manera, no es algo nuevo de estos años y además es como lo hacen la mayoría de los clubes y asociaciones. Un paquete para la asociación y el resto lo saca a la venta el club. Las polémicas que se han generado ahora es porque hay mucha más gente que quiere viajar y por tanto, son más los que se quedan sin entradas.
–¿Han hablado con el club desde el ascenso?
–No, esperamos hacerlo pronto, en las próximas semanas. Hay temas pendientes, como las Líneas azules, la campaña de abonos, los aniversarios de las peñas y la presencia de jugadores en los mismos.
–¿Se siente recompensada la asociación por el trabajo de todos estos años?
–Claro. Esta asociación nació en el 2003 para sustituir a la Fapa, pero sobre todo nació para ayudar al club en los peores momentos de la historia. Hubo momentos que la asociación fue clave, sobre todo para canalizar toda la ayuda que los aficionados estaban dispuestos a dar al equipo. Mis antecesores en el cargo y sus directivas hicieron un trabajo muy importante como nexo de unión del oviedismo.
–¿En lo personal, cómo lo vivió?
–Como todo el mundo, con esa mezcla de emoción, alegría y liberación que provoca el volver. Mi historia del oviedismo no es por tradición familiar, en mi caso fueron los amigos los que me empezaron a llevar a los partidos en el 2003. Antes iba de vez en cuando al Carlos Tartiere, pero desde el 2003 empecé a seguir al equipo por todos los campos de Asturias. El sábado cuando acabó el partido me acordé de muchos de esos amigos con los que pisamos tanto barro. Recuerdo que a veces hasta me pagaban las entradas porque entonces yo no trabajaba.
–El trabajo en la Aparo es desinteresado ¿Sienten que mereció la pena?
- Claro que mereció la pena todo lo que se pasó. Dedicamos nuestro tiempo libre a trabajar por la asociación y tratar de gestionarlo todo lo mejor posible. La alegría del sábado hace que se olviden todos los esfuerzos.
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