La Camocha, en Gijón, un polvorín de conflictos vecinales
Las trifulcas, denuncias y agresiones se vienen sucediendo desde hace meses y han motivado numerosas intervenciones policiales
«No hay semana en la que no tenga que venir la Guardia Civil, si no es por uno, es por otro... Hemos pasado de vivir en una zona muy tranquila a tener miedo a salir a la calle y eso no puede ser». Los vecinos de La Camocha aseguran sentirse «inseguros y hartos» debido a una situación que se prolonga desde hace meses y que «no parece que vaya a resolverse pronto a no ser que haya una desgracia».
Sobre el barrio sobrevuela un ambiente enrarecido. En los bares, las tiendas y los parques no se habla de otra cosa, pero sin embargo, los vecinos evitan pronunciarse y dar la cara. «Hay miedo», resumen. Las miradas apuntan a dos familias «problemáticas» que se instalaron en sendas viviendas el verano pasado. «Unos okuparon un piso en los antiguos cines y otros viven de alquiler en un piso», explican en el antiguo poblado minero. Relatan «agresiones a chavales que salen del colegio y en el parque, robos en locales y en viviendas vacías, desperfectos en mobiliario y negocios...
En abril la Guardia Civil desplegó un amplio operativo para detener a un individuo que se había atrincherado en las viviendas ocupadas después de atracar a punta de cuchillo a un taxista, quien resultó herido en una mano al forcejear con él. Huyó y se ocultó en un piso, lo que obligó a la Benemérita a intervenir con numerosos efectivos y en medio de un clima de tensión, con vecinos agolpados en los alrededores exigiendo que «echasen a esa gente de La Camocha».
El Instituto Armado tiene en marcha varias investigaciones por los distintos sucesos y altercados ocurridos en el barrio en los últimos tiempos. Entre ellos, los muchos desperfectos causados con extintores y pintura con los que varios individuos han causado destrozos en coches aparcados en la calle y también en fachadas de negocios y viviendas. «Estamos hartos», dicen los comerciantes, evitando dar nombres y pronunciarse abiertamente «porque no queremos que vengan a por nosotros otra vez».
Desde la asociación de vecinos han mantenido varios contactos con las fuerzas y cuerpos de seguridad y también con el propietario del piso en el que viven de alquiler una de las familias que supuestamente ha causado problemas en el vecindario. «Hay que buscar una solución pronto para que vuelva la normalidad y la tranquilidad», dicen desde la agrupación.
Encender la mecha
La situación está tan tensa, dicen, que «cualquier cosa enciende la mecha». Esta misma semana dos grupos volvieron a enfrentarse con un cruce de acusaciones sobre «quién le hace la vida imposible a quién». Unos mantienen que los nuevos vecinos «han llegado a La Camocha para causar problemas», mientras que los aludidos aseguran que «todo el odio que hay contra nosotros es por racismo».
Con cruce de acusaciones e investigaciones policiales en marcha, La Camocha intenta recuperar la rutina que saltó por los aires hace meses.
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