Alemania rechaza las críticas de EE UU a la calificación del partido ultra AfD como «extremista»

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«Esto es democracia. Esta decisión es el resultado de una investigación exhaustiva e independiente para proteger nuestra Constitución y el Estado de Derecho. Son los tribunales independientes los que tendrán la última palabra. Hemos aprendido de nuestra historia que hay que poner fin al extremismo de derechas», ha contestado el Gobierno alemán.

Rubio había criticado el hecho de que los servicios de Inteligencia germanos contaran ahora con más competencias para vigilar al principal partido de la oposición y afirmó que Alemania «no es una democracia, sino una tiranía encubierta». Lo realmente extremista no es AfD, que quedó segunda en las elecciones legislativas de febrero, comentó el secretario de Estado de EE UU a través de la plataforma X, sino las «mortíferas políticas» de fronteras abiertas que esa formación rechaza. «Alemania debería cambiar de rumbo», invitó quien se ha convertido en el hombre más poderoso dentro del Ejecutivo de Trump.

También el multimillonario Elon Musk, asesor personal del presidente estadounidense, criticó el informe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución germana. Una «prohibición de AfD, el partido más popular de Alemania, sería un ataque extremo a la democracia», dijo el dueño de Tesla y Space en la red X -también de su propiedad- al referirse a la posibilidad que la formación ultraderechista llegue a ser declarada ilegal por anticonstitucional. El empresario fue ya durante la campaña para los comicios alemanes un gran promotor de estas siglas, para las que pidió el voto, además de promocionarlas con una entrevista personal en su red social a la líder ultra, Alice Weidel.