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El accidente de El Musel, en Gijón, en el que el pasado mes de septiembre murieron dos trabajadores durante el desmontaje de una grúa ... de estiba propiedad de Ership-Alvargonzález se debió «a una inadecuada planificación de los trabajos de desmantelamiento». «No se efectuó una recogida de información previa adecuada para la planificación de la operación de elevación. Consecuentemente, se trabajó con un dato estimado del peso del casetón erróneo, muy por debajo de su peso real, y en base a lo anterior no fueron seleccionadas las grúas con la capacidad adecuada para los servicios que se solicitaban», señala el informe del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales aportado a la instrucción judicial y al que ha tenido acceso EL COMERCIO.
Peso «No se efectuó una recogida de información previa adecuada para la planificación de la operación de elevación, por lo que se trabajó con un dato estimado del peso del casetón erróneo, muy por debajo de su peso real». Trabajaban con la estimación de un peso de 18 toneladas y el peso real una vez recuperado el casetón del mar fue de 97 toneladas.
Memoria técnica «No cumple con los objetivos que se señalan en el propio documento».
Supervisión «No consta que se produjera la designación de un jefe de la maniobra, responsable de la supervisión y dirección de la maniobra».
El informe técnico elaborado por el Principado considera que el siniestro mortal que se cobró la vida de César Méndez, de 23 años, y Roberto Martínez Laguno, de 49, tuvo su origen en el peso «muy superior» del casetón de la grúa que se estaban procediendo a desmontar y para lo que habían sido contratadas la empresa Montajes Astur Manzana (M. A. M.) y Grúas Roxu. «En el documento se utilizó el dato de 18 toneladas como peso estimado del casetón, un dato que se ha comprobado que resulta completamente erróneo. El peso del casetón, medido por la propia grúa empleada para su extracción del agua, era de aproximadamente 97 toneladas». Es decir, cinco veces superior al indicado por la empresa a la que pertenecía de la grúa.
Fue esa pieza de enormes dimensiones, sobre la que trabajaban en altura las dos víctimas mortales, la que se desprendió, arrastrando a las dos grúas que debían sujetarla y también a los operarios que fallecieron. Hubo otros tres heridos de gravedad. El casetón acabó en el fondo del mar.
Detalla el informe, sobre las causas del accidente, que «la memoria técnica para los trabajos de desmantelamiento no cumple con los objetivos que se señalan en el propio documento» y que «no consta que se produjera la designación de un jefe de la maniobra, responsable de la supervisión y dirección de la maniobra».
Los trabajos «que se pretendían acometer consistían en el desmontaje y posterior achatarramiento de dos grúas portuarias que originariamente eran propiedad de la Autoridad Portuaria de Gijón y que posteriormente fueron cedidas a Ership Alvargonzález». Según consta en las diligencias policiales, «Ership era la encargada de planificar los tiempos de ejecución de la obra, y que, en este sentido, llegó a emplear grúas de su titularidad situadas en las propias instalaciones de El Musel para realizar desmontaje de otros elementos de la grúa objeto del accidente. M. A. M. no participó en la contratación, ni en la selección del número y capacidades de las grúas Roxu para utilizar en la maniobra de elevación del casetón».
En ese misma documentación, se señala que «a M. A. M. no le correspondía la elaboración de la memoria técnica global ni la dirección de la maniobra principal de izado. Sin embargo, personal técnico de M. A. M. elaboró una memoria técnica para el desmontaje de las grúas que fue entregada a Ership, quien a su vez la presentó ante la Autoridad Portuaria para la obtención de las autorizaciones pertinentes».
No consta en esa memoria técnica, a juicio del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, que «se efectuara un análisis de las fuerzas resultantes previsibles sobre el casetón, así como la forma de compensar dichas fuerzas resultantes con vistas a efectuar una transición segura entre la posición de partida del casetón y su situación prevista posterior de sustentación, donde debiera haber permanecido enganchado de forma simultánea por ambas grúas en condiciones de estabilidad».
Fue durante esa transición cuando «se generó un importante desequilibrio de la carga, provocando una serie de sucesos en cadena que desencadenaron la caída al mar de la propia carga, así como el vuelco lateral de ambas grúas autopropulsadas».
Con la presentación del informe del Instituto de Prevención de Riesgos avanza la compleja fase de instrucción judicial, a la que serán también aportadas próximamente las diligencias de la investigación llevada a cabo por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Se da la circunstancia de que se trata del mismo grupo de la Benemérita que se ha hecho cargo de los graves siniestros laborales ocurridos en el Principado en los últimos meses: el registrado en la mina de Degaña con cinco fallecidos y el más reciente en una nave de explotación ganadera en el concejo de Coaña, donde se derrumbó el techo de una instalación y sepultó a tres trabajadores.
La causa judicial se prevé larga, ya que están personadas, además de las empresas involucradas en la maniobra del accidente mortal, varias compañías aseguradoras, así como los familiares de las dos víctimas mortales y los operarios que resultaron heridos.
Se trata del siniestro más grave ocurrido en El Musel en los últimos años. El casetón de la grúa pudo ser recuperado del agua en febrero, cuatro meses después del accidente y con una compleja maniobra que obligó a desplegar un importante operativo técnico y humano.
Se escuchó un estruendo en el que reventaron todos los tornillos que aún estaban sin cortar, el casetón se elevó y cayó directamente al mar». Los supervivientes del accidente mortal ocurrido en El Musel, en Gijón, relataron ante la Guardia Civil que llegaron sobre las ocho de la mañana hasta el Muelle Moliner y lo primero que hicieron fue «visualizar los trabajos que tenían que realizar».
Para ello, subieron «al casetón de los mecanismos, que constituye una parte de la grúa portuaria a desmantelar, comúnmente llamada grúa 'pico pato'. En ese lugar, analizaron los puntos de enganche que se utilizarían para izarlo y examinaron la corona que conectaba mediante tornillería con la columna de la grúa». Para la elevación de esa pieza disponían de dos grúas autopropulsadas de la empresa Grúas Roxu. «Los propios gruístas seleccionaron el posicionamiento óptimo de ambas grúas para acometer la maniobra, señalando que cuanto más cerca se pudieran posicionar del objetivo de desmontar, mayor capacidad de carga tendrían. Cada grúa tenía una capacidad de carga en torno a las 30 toneladas», detalla el informe del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales.
Señalaba uno de los empleados de la empresa de montajes que «cuando llegaron al lugar donde tenían que hacer el trabajo lo primero que le llamó la atención fue que las dos grúas que estaban en el lugar no parecían las adecuadas, por su experiencia y porque ninguna de las dos tenía colocados los contrapesos que debían». Abunda en su declaración que «durante los días anteriores comentaba con sus compañeros que para ese trabajo tenían que haber mandado a 'los galácticos', por lo menos para dirigir la maniobra, refiriéndose a gente con más experiencia en la empresa para ese tipo de trabajos, si bien esa inquietud no se la trasladó al encargado».
«Hubo un golpe muy fuerte y le golpeó una pieza en su espalda, por lo que en ese momento perdió el conocimiento y no recuerda nada más de lo que pasó», recoge el testimonio de un superviviente.
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