Todo listo para el macrojuicio de la 'banda del Matador' por los 600 kilos de cocaína incautados en Siero

Así, según este escrito de calificación de la defensa, al que ha tenido acceso EL COMERCIO, el presente procedimiento comenzó con la solicitud realizada por el Grupo 42 de la Policía Nacional, con oficio de 9 de enero de 2020, por la que se solicitó la autorización para la circulación o entrega vigilada de sustancia estupefaciente. «Este grupo supuestamente había recibido información el 26 de agosto de 2019 por la cual se había iniciado una investigación por parte de la Delegada Contra el Crimen Organizado de la Fiscalía General de la Nación en Colombia, en la cual se autorizó una entrega controlada a agentes encubiertos en ese país». La defensa alega que, «lo cierto es que, aportada por parte de las autoridades colombianas la información en relación al procedimiento, los hechos sucedieron al contrario de lo indicado por los agentes españoles a la hora de solicitar la entrega controlada, ya que supuestamente es este grupo el que informó acerca de la entrega de sustancia en Colombia».De este modo, la letrada de la defensa mantiene que «todas estas actuaciones se producen por miembros de la Policía Nacional sin cobertura alguna, pues no consta por estos aportada la correspondiente autorización para que por parte de agentes encubiertos se procediese a la entrega de sustancia estupefaciente en Colombia en noviembre de 2019».

Consultado igualmente el procedimiento, continúa la defensa, «no consta que persona o personas entregaran la sustancia estupefaciente a las autoridades americanas o colombianas, pues estos indican que se produce a través de las autoridades españolas. Se trata claramente de un delito provocado cuando son las autoridades españolas las que han actuado en Colombia durante los meses de noviembre de 2019 sin la correspondiente autorización por parte de la Fiscalía».

Se apunta en esta calificación que consta en el procedimiento «que son ellos los que consiguen en Colombia la sustancia estupefaciente (sin saber a quién) a través de los agentes de la DEA –de Estados Unidos–, la trasladan al aeropuerto y la almacenan». Posteriormente, a través de un miembro del grupo y en un vuelo comercial, se traslada a España. Aquí la almacenan igualmente y contactan con una persona presuntamente interesada. Son los agentes los que organizan en España igualmente el lugar de entrega.

E insiste en el escrito: «Nos encontramos claramente con un delito provocado, ya que son los agentes de Policía Nacional los que hacen todos los actos propios, sin participación alguna de ningún miembro de la supuesta organización».