Eva Ledo, nueva consejera de Educación para «reconducir el diálogo» y «fortalecer la educación pública»

Ha mantenido Adrián Barbón la incertidumbre todo lo que ha podido. No solo en todos estos días previos, desde que el pasado día 2 dimitiera Lydia Espina. Sino hoy mismo, desde que ha empezado su comparecencia pública hasta que ha dicho el nombre de quien ocupará una cartera nada fácil en este momento, la de Educación: Eva Ledo.

Antes de decir su nombre ha querido el presidente del Principado explicar los motivos de su elección. Una elección, por otro lado, que ha resultado fácil para él a tenor de lo que ha explicado: fue su primera y única llamada. No tenía más candidatos. Así de claro lo tenía, en lo que ha sido una «decisión exclusiva y personal» de Barbón.

Porque la nueva consejera reunía, ha explicado, los requisitos que buscaba. En primer lugar, experiencia de gestión, que «sepa lo que es gobernar, tomar decisiones, que sepa cuando hay que girar, cambiar». Y Eva Ledo tiene experiencia de sobras en puestos de gobierno, ya que esta avilesina nacida en el 66, ingeniera industrial y profesora del cuerpo de Secundaria ha sido en distintas etapas directora general de Personal Docente de la Consejería de Educación, jefa del Servicio de Formación Profesional y Enseñanzas Profesionales, presidenta del Consejo de Asturias de la Formación Profesional y, en la última etapa, directora General de Centros, Red 0-3 años y Enseñanzas Profesionales.

Ese fue su último cargo, hasta que cesó a petición propia, cuando estaba al frente del proyecto estrella de la consejería y del Gobierno, la red de Escuelines, así como de la FP cuando estaba a punto de iniciar la transformación debido a la nueva ley. Su marcha fue la primera señal de alarma de los problemas de la consejería, que se han ido arrastrando hasta ahora. Unos problemas que, ha reconocido Adrián Barbón, el Gobierno no ha sabido ver.

Por su experiencia, a la que sumaba su actual cargo en una subdirección general del Ministerio de Educación, la nueva consejera (tomará posesión el lunes, justo antes del Consejo de Gobierno), conoce la realidad del personal docente, la situación de los centros, el proyecto estrella del Gobierno y la Formación Profesional, que ha vivido también un curso especialmente complicado.

La segunda característica que el presidente ha buscado en Ledo es la capacidad de diálogo y confía en que la tiene, en que sabrá «tender puentes» en un momento en el que hay que «reconducir» la relación con los sindicatos y con la comunidad educativa. Dice Barbón que tiene la suficiente «humildad» para reconocer los errores y ha visto en esto, en la gestión educativa, uno de ellos: «No detectamos el malestar creciente, lo reconozco como presidente en primera persona» ha afirmado. Y ahora es momento de «mejorar, valorar más a los profesores, atender las necesidades de los centros».

Y, en tercer lugar, buscaba un compromiso con la educación pública que, según ha defendido Adrián Barbón, la nueva consejera tiene.

Con esas bases, Eva Ledo solo necesitó un poco de tiempo para decir que sí. Y eso que asume una consejería que no pasa por su mejor momento, tras un grave conflicto con la enseñanza pública, una huelga de la concertada sobre la mesa y otra más de las educadoras del 0 a 3, precisamente el ciclo que Ledo trató de organizar antes de su marcha.

A todas estas cuestiones se ha referido Barbón en su comparecencia. A unas con más profundidad que a otras. Porque al conflicto de la concertada, que mañana va a la huelga tras varias movilizaciones, le ha dedicado un escueto: «Yo no soy el empleador, no son empleados del Principado de Asturias. Tienen contratos con fundaciones y empresas» por lo que considera que deben abordarlas reclamaciones «con sus propias empresas». En realidad, las retribuciones de la plantilla las paga el Principado y es el Principado el que decide las ratios de alumnos y personal de apoyo con las que cuenta la red concertada.

Ha sido más extenso con las protestas y preocupaciones de las educadoras del ciclo de 0 a 3, que hoy han tenido su segunda huelga, con gran éxito de participación, debido a los problemas e incertidumbres en el proceso de integración en la Consejería de Educación. Barbón ha dicho entenderlas y ha confiado en que Eva Ledo sabrá reconducir también esta situación. Ha insistido en que es el proyecto estrella del Gobierno, en que es pionero y en que la integración de toda la red será efectiva. Les Escuelines, red a la que en septiembre se unen los primeros 22 ayuntamientos, será sin duda el segundo gran reto de la consejera.

El primero no puede ser otro: reconducir la situación con la red pública. Llega Ledo con un preacuerdo que será ratificado por cuatro de los cinco sindicatos de la Junta de Personal Docente (solo CSIF se ha desmarcado). Barbón ha esperado, de hecho, a tener ese acuerdo atado para dar el nombre de la nueva responsable de la consejería. Ese acuerdo, ha dicho, supondrá «un cambio trascendental en la educación pública asturiana», con una inversión de 45 millones de euros que se suma a los 23,5 del acuerdo de inicio de curso que, entre otras cosas, recogía la bajada de ratios de 25 a 23 alumnos por aula en Primaria y que ahora se ha adelantado en el calendario.

No ha querido Barbón terminar la comparecencia sin pedir disculpas y repartir agradecimientos. Disculpas a las familias por las molestias que haya podido causar la huelga. Agradecimiento, en primer lugar, a Lydia Espina. Porque aunque pareciera que tras el reconocimiento del malestar y el distanciamiento con los docentes había una crítica, ha querido tener en cuenta la «enorme generosidad» que demostró al dimitir. Y agradecimiento también a «los equipos negociadores, a las organizaciones sindicales que han reivindicado este acuerdo de mejora». Y con nombres propios a la vicepresidenta, Gimena Llamedo, al consejero de Hacienda, Guillermo Peláez y al director general de Personal Docente, César González Prieto, «por el trabajo que ha desarrollado en esta durísima negociación».

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