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El pasado 6 de junio Estados Unidos y Europa celebraron juntos en Normandia (Francia) el 80 aniversario del desembarco. La efeméride del Día D fue ... la excusa para que las naciones ocidentales mostraran su mutuo apoyo y la unión en la defensa de Ucrania. El entonces inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, proclamó: «No nos retiraremos nunca».
Once meses después, todo ha cambiado de forma radical. Kiev ha logrado sostener a duras penas el apoyo estadounidense delante de un presidente que fluctúa según el día entre respaldar a Putin o reconciliarse con Zelenski. Rusia ha conseguido romper el aislamiento internacional tras reanudar una incipiente relación con Estados Unidos. Y Europa festejó ayer sola - sin notables comuniones políticas a ambos lados del Atlántico- el Día de la Victoria con actos y desfiles en Alemania, Francia y Reino Unido mientras se prepara para descubrir el significado de la autodefensa -y el pago de fuertes inversiones por ello- y los socios comunitarios debaten si EE UU sigue siendo un amigo o un rival.
En su discurso, el presidente federal alemán, Frank Walter Steinmeier, criticó enérgicamente a su homólogo ruso por falsear la historia, pero también al máximo mandatario estadounidense por distanciarse de los valores occidentales. El jefe del Estado germano habló de una «doble ruptura» que marca «el final del largo siglo XX» durante su intervención ante el Bundestag. Arremetió contra el Kremlin porque difunde «mentiras históricas» cuando declara que su guerra contra Ucrania es una «continuación de la lucha contra el fascismo».
«La guerra de agresión de Putin, su campaña contra un país libre y democrático, no tiene nada en común con la lucha contra la tiranía nazi en la Segunda Guerra Mundial», señaló el presidente alemán. En vez de cargar las culpas del desastre bélico exclusivamente a los nacionalsocialistas, el que fuera titular germano de Exteriores se refirió a los alemanes como responsables de los crímenes del nazismo. «La mayoría de los alemanes permanecieron leales al régimen hasta el último día. Y de ninguna manera todos los alemanes se sintieron agradecidos por la liberación en ese momento; ni siquiera se veían a sí mismos como liberados», destacó Steinmeier. Han tenido que pasar décadas para que los ciudadanos «se enfrenten a las angustiosas cuestiones de la culpa y la responsabilidad, para que las familias hablen de lo que ocurrió, de quién sabía de los crímenes y, sin embargo, miró hacia otro lado, de quién fue culpable y, sin embargo, guardó silencio».
Frank W. Steinmeier
Presidente de Alemania
Emmanuel Macron
Presidente de Francia
El presidente federal acusó también a Trump y su Administración de «romper con los valores» occidentales. «El hecho de que Estados Unidos, de entre todos los países, que ha configurado significativamente este orden, se aleje ahora de él es un shock de una magnitud totalmente nueva», añadió. Steinmeier alertó de que existe «una fascinación por el autoritarismo y las tentaciones populistas» también en Europa. Sin citar a la ultraderechista Alternativa para Alemania por su nombre, el jefe de Estado germano advirtió contra el olvido de la historia en Alemania. Subrayó que a él mismo le sorprende a veces la tozudez «con la que algunos, por desgracia también en esta Cámara, exigen un supuesto fin de nuestra historia y nuestra responsabilidad. No huyamos de nuestra historia».
Steinmeier se refirió asimismo a la previsión de los países europeos de completar un plan de rearme. «Necesitamos fortalecernos militarmente, pero no para hacer la guerra, sino para prevenirla», zanjó.
«Una Europa más fuerte». Francia celebró ayer el Día de la Victoria con un mensaje dirigido también al refuerzo militar del Viejo Continente. En un discurso solemne en París, el presidente Emmanuel Macron reconoció que los aliados salieron de la firma del armisticio en 1945 con las ideas de que la paz sería «perpetua» y que la democracia y prosperidad dominarían Europa. Sin embargo, lamentó que la realidad es otra. «Ha reaparecido el espectro de la guerra, han resurgido los imperialismos y los comportamientos totalitarios y se ha ultrajado de nuevo el derecho de las naciones», subrayó el mandatario, quien omitió citar nombre alguno, aunque se refería a Rusia.
Macron y la comitiva oficial guardaron un minuto de silencio ante la estatua del general Charles de Gaulle. Le acompañaban el primer ministro, François Bayrou, los presidentes de la Asamblea Nacional y el Senado, Yaël Braun-Pivet y Gérard Larcher, respectivamente, así como el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu y el jefe del Estado Mayor, Thierry Burkhard. «Nunca terminaremos de afirmar el lugar de nuestro país, los ideales que porta, defendiendo nuestra independencia, nuestra libertad y una Europa más fuerte», culminó.
La ceremonia más emotiva del final de la Segunda Guerra Mundial se celebró en el Reino Unido. Allí, en la abadía de Westminster, cerca de cien veteranos de la Segunda Guerra Mundial fueron condecorados por Carlos III y su mujer, la reina Camila, en presencia de los Príncipes de Gales. El discurso pronunciado por Sir Winston Churchill en 1945 sonó solemne por los altavoces y Alexander Churchill, un tataranieto de diez años del legendario exprimer ministro, pidió rezar por la paz «en nuestro tiempo y para las generaciones venideras».
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