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La populista Sahra Wagenknecht, que lidera el partido de izquierdas que lleva su nombre, aseguró que daría un paso a un lado si fracasaba en ... las elecciones alemanas. Sin embargo, dos meses después de los comicios que dejaron a su grupo fuera del Parlamento federal, no tira la toalla y acaba de impugnar los resultados de aquella cita ante la Comisión de Escrutinio Electoral del Bundestag con el argumento de que se cometieron errores durante el recuento de votos. La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) se quedó a apenas 9.500 papeletas de entrar en la Cámara Baja, que exige un mínimo del 5% en las urnas para tener representación parlamentaria. Ella obtuvo el 4,981%.
La formación de izquierdas. nacida a finales de 2023 con un discurso nacionalista y antiinmigración, presentó el miércoles los documentos necesarios para impugnar el resultado electoral del pasado 23 de febrero. Era la fecha límite para hacerlo. Pero no fue Wagenknecht quien dio en esta ocasión la cara, sino que delegó en la presidenta del BSW, Amira Mohamed Ali, para cumplir con un trámite que espera que le dé al menos un escaño en el Bundestag. Ya lo intentó antes en el Tribunal Constitucional Federal y el Tribunal Administrativo de Hesse, sin éxito en ambos casos
El BSW, explicó Ali, no cree que haya habido una «manipulación deliberada» en el recuento de votos, pero sí sospecha que «se cometieron errores» durante ese proceso, que dio la victoria a los conservadores de la Unión (CDU/CSU) y convirtió a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en líder de la oposición con un resultado histórico. Wagenknecht, sin embargo, no cumplió con las expectativas generadas en torno a su figura, surgida de La Izquierda. «Exigimos nada más y nada menos que los votos de BSW cuenten para el BSW. Hasta ahora no ha sido así», planteó.
El partido populista, que aspiraba a captar votantes incluso de las filas más radicales de la derecha, sostiene que hasta 32.000 papeletas no habrían sido contabilizadas de forma adecuada en los comicios de febrero. En caso de que le den la razón, el escenario político germano sufriría un auténtico terremoto ya que la coalición de gobierno cerrada por conservadores y socialdemócratas, y que convertirá a Friedrich Merz (CDU) en canciller a principios de mayo, perdería su actual mayoría y las negociaciones deberían reiniciarse para alumbrar al próximo Ejecutivo de Berlín en una crisis inédita en Alemania.
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