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El Ministerio de Transportes está aprovechando en otras infraestructuras viarias la inversión que tenía previsto utilizar en el vial de Jove. En agosto de ... 2023 el departamento sacó a licitación el contrato, con un presupuesto máximo de 285 millones. Para llegar a ese punto, el del concurso público, Transportes tuvo que lidiar antes su propia batalla con el Ministerio de Hacienda hasta conseguir que le autorizara los fondos necesarios para convocar el concurso. El contrato salió a licitación, cabe recordar, sin apoyo de la UE, es decir, con todos los informes internos para financiar las obras recurriendo al presupuesto estatal.
El último aprobado, el de 2023, planteaba una obra que debía ir avanzando hasta completarse en 2027; la inversión prevista el primer curso era de dos millones, de seis millones en 2024 y de 20 en el ejercicio en vigor. Aquellas cuentas tenían 'truco'. Se dibujaron a la baja, reflejando un coste para todo el vial de 73 millones, un tercio del contrato real. La explicación que se dio al Principado era que por cuestiones de técnica presupuestaria lo más ágil había sido mantener aquel proyecto presupuestario creado en 2015 sin actualizar sus cifras, y que lo importante era que con esa partida se podía activar el concurso. Se dijo que el fondo tenía la flexibilidad para recibir recursos en función de las necesidades de la obra.
La licitación era así el hito clave, el momento en el que ante las constructoras y ante Gijón el ministerio afirmaba tener el dinero para lanzar la obra. El proyecto sacado a concurso establecía un plan de obra según el cual en los primeros doce meses se ejecutaría ya una inversión de 50 millones. De haber seguido todo su curso el esfuerzo realizado en Gijón a estas alturas rondaría esa cantidad. Era dinero que la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes tenía previsto ejecutar en Gijón. La resolución desistiendo del contrato en marzo de 2024, cuando se estaba a punto de la adjudicación, anuló el compromiso y, a efectos de presupuesto y planificación, liberó los fondos que estaban comprometidos para esta causa.
En tanto se aclara el debate sobre cuál es la alternativa a los accesos portuarios, la Dirección General de Carreteras sigue avanzando, exprimiendo los recursos a su disposición y aprovechando en otros proyectos el dinero que se ahorró en Gijón. Según los últimos datos de Intervención General del Estado en 2024 disponía de 1.235 millones para la creación de nuevas carreteras y agotó el 97,4% del presupuesto, dejando solo sin ejecutar 33 millones. Es decir, el dinero que ya no se ha tenido que gastar en Gijón se está aprovechando en otros proyectos.
Carreteras sigue dando pasos, por cierto, sin pararse a reflexionar sobre cómo estuvo a punto de contratar una obra que, según dice, ponía en riesgo las viviendas. A diferencia del 'fiasco ferroviario', el ministerio ha renunciado a encargar una auditoría interna que identifique a los responsables del aparente error y establezca medidas correctoras para que no se repita.
El ministro, Óscar Puente, eso sí, se comprometió con el presidente del Principado, Adrián Barbón, a que se seguirían invirtiendo en Gijón las partidas presupuestarias reservadas para el vial de Jove, algo que a día de hoy sigue en el 'debe' y a expensas de la voluntad política de las partes. En lo inmediato no tiene el ministerio proyectos maduros ni contratos en Gijón a los que derivar esos 285 millones que Hacienda le llegó a autorizó a invertir aquí.
Los vecinos perjudicados por la pérdida definitiva esta infraestructura prevista desde el PGOU de 1986 llevan meses esperando que el Principado y el ministerio pongan plazos e inversión a la reordenación de accesos a El Musel por Aboño que la administración regional se comprometió a diseñar y liderar. El Gobierno regional también se ha ofrecido a asumir el proyecto de humanización de la avenida Príncipe de Asturias.
Los ayuntamientos de Gijón y Carreño también llevan casi medio años pendientes de conocer el borrador de accesos al Puerto y la actualización del protocolo de 2005 en los que trabaja la Consejería de Movilidad (anteriormente de Fomento). Unos documentos que el consejero Alejandro Calvo se había comprometido en el Consejo Social a presentar a ambos a finales del año pasado.
El Principado pretende que el tráfico pesado vaya basculando hacia Aboño, objetivo que se tropezó con un error ministerial. El expediente ambiental para autorizar el desdoblamiento del tramo Lloreda-Veriña (GJ-10) lo archivó el ministerio de Transición Ecológica porque los datos que le pasó Transportes eran insuficientes.
El secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, no hizo mención a los accesos el pasado 27 de marzo, cuando vino a una jornada logística y presidió también el consejo de la sociedad Gijón al Norte. Sí se comprometió a financiar en un convenio a tres bandas, por la parte estatal, 33,25 millones de euros para la primera fase de las obras del plan de vías que incluirán el derribo del viaducto de Carlos Marx y la conexión de la estación intermodal con el túnel del metrotrén Sobre el desdoblamiento de Lloreda-Veriña manifestó que «nos hemos puestos las pilas» para subsanar las deficiencias que detectó el Ministerio para la Transición Ecológica y despejar el calendario con el proyecto y la licitación de la largamente demorada obra que superará los 60 millones.
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