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Las reservas de última hora salvaron el puente de mayo, una cita en la que el sector turístico asturiano tenía puestas todas sus esperanzas ... para recuperarse de la mala Semana Santa vivida. Con una ocupación media del 76%, Otea resaltó que «Gijón lideró con un 92%, superando incluso las cifras de la Semana Santa», mientras Oviedo llegó al 88%. Por zonas, el oriente volvió a ser el destino favorito, con un 70% de ocupación, aunque el occidente ha escalado puestos hasta llegar a una media del 63%. Unos números que Otea considera «notables», aunque pone un pero: lo ocurrido en la hostelería.
No es que los bares y restaurantes asturianos no hayan tenido demanda en el puente. «La media de ocupación en comidas se situó en un 86,32%», dice Otea, desde donde se baja esa tasa al 55,79% en las cenas. Unos números que, sin embargo, deberían ser más altos, ya que el domingo del puente coincidió con la celebración del Día de la Madre, una cita que «tradicionalmente impulsan la ocupación al cien por cien». El problema que ve Otea en la restauración es otro: baja del tiquet medio y, sobre todo, el aumento de los 'no shows', es decir, los clientes que no se presentan a pesar de haber reservado mesa. «Las incidencias de ese tipo alcanzaron un elevado 45%».
En cuanto al gasto medio, «hay una tendencia a la baja», a lo que se suma la anulación de las reservas y, también, la caída de las cenas. «La ocupación se mantuvo en un discreto 56,79%, lo que refuerza que la ocupación nocturna en los restaurantes sigue siendo un aspecto clave a mejorar para el sector».
Una hostelería que se resiente, también, «del modelo de grandes festivales», en los que el viajero no consume en los establecimientos de la región, sino en los habilitados por los organizadores. En contra de ese tipo de citas, Otea pone como ejemplo el Vespa World Days, que atrajo a Gijón a más de 3.000 conductores de ese tipo de motocicleta «que disparó la ocupación y genera una importante actividad en la restauración», como lo hizo la Oviedo Cup en Semana Santa.
En los datos elaborados por el Observatorio Turístico de Otea destaca, también, el comportamiento de otras fórmulas de alojamiento. Tal y como adelantó EL COMERCIO, los campings lograron en el puente una alta ocupación, con reservas, incluso, para las parcelas. Las cuentas de la patronal turística hablan de un 60% «de ocupación en parcelas, que se elevó al 75% en los bungalós».
También fue salvavidas el puente para los alojamientos rurales. De acuerdo a los datos que maneja Otea, «la ocupación media alcanzó el 82%, frente a las previsiones iniciales del 62%», con lo que la escapada sirvió para cicatrizar las heridas abiertas en las cuentas del sector que sigue sin alcanzar los datos de antes de la pandemia. «Es el medio ideal para las estancias cortas», asegura Otea, que ve que esa fórmula de alojamiento «tiene una gran fortaleza» y permite «una inmersión rápida en un ambiente 'desconectado' y de descanso sin requerir planificaciones complejas».
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