Jorge Espina

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Jorge Espina
Hacía mucho tiempo que el presidente de la Junta de Personal Docente no Universitario no podía hablar como portavoz de los cinco sindicatos que componen ... el órgano y que representan a los 12.000 docentes de la enseñanza pública asturiana. Jorge Espina es docente de Formación Profesional, secretario de Comisiones Obreras (CC OO) de Gijón y, ahora sí, portavoz de todos los sindicatos docentes que han convocado una manifestación mañana que pretende ser histórica y una huelga indefinida en toda la enseñanza no universitaria a partir del lunes.
–¿Momento histórico en la enseñanza asturiana?
–La verdad es que sí, y no será porque no lo hemos advertido. Llevamos dos años de movilizaciones, con reivindicaciones que eran conocidas y con un bullir en los centros educativos que ha ido a más y que estalló fruto de la medida de la supresión de la jornada reducida. Pero eso lo sabía cualquiera que pisara cualquier claustro de colegios, institutos o centros de FP en los últimos años.
–¿Ha saltado ahora lo que se estaba acumulando de años anteriores y consejerías anteriores?
–Efectivamente es un poco así. La mejora de las condiciones del profesorado de la enseñanza pública es algo que venimos reclamando desde hace una década. El acuerdo de plantillas es de la época de Riopedre. Ninguno de los últimos consejeros quiso afrontar un problema de fondo que se veía venir y que ahora se está comiendo Lydia Espina.
–¿Con Lydia Espina ha aumentado el malestar? Siempre hablaron de su buen talante.
–El talante de Lydia Espina es como el Guadiana, aparece y desaparece, y la última medida la tomó a la brava. También se lo dijimos: haga con los comedores lo que estime oportuno, porque además es una demanda de los sindicatos de clase en los acuerdos de concertación, pero no nos lo presente como una política de hechos consumados: lo apruebo hoy y mañana publico la resolución sin negociación.
–La consejera sí ha conseguido una cosa: poner de acuerdo a los cinco sindicatos.
–Lo consiguió ella y lo consiguieron los docentes, las maestras y los maestros. El clamor de la calle hizo que las cinco organizaciones sindicales escucharan: tenemos que ir todos a una. Si los objetivos, reivindicaciones y preocupaciones son comunes, que lo son, no puede ser que por intereses particulares o cortoplacistas estemos en tres convocatorias de huelga, en manifestaciones unos por la mañana y otros por la tarde... que nadie entendía. A partir de ahora vamos a ir unidas, seguro.
–Muchas AMPAS están apoyando la movilización, pero hay familias que no ven claras las reivindicaciones y entienden que todo se debe a esa hora de más de junio y septiembre, una hora que los maestros no quieren trabajar. ¿Qué les diría?
–Vamos a aclarar una cosa: la situación de la enseñanza pública asturiana no es catastrófica, ni mucho menos. Estamos en buenos niveles de calidad, equidad y funcionamiento. El tema principal es que para llegar a esos niveles el esfuerzo recae siempre sobre las condiciones laborales del profesorado. Si hay un buen nivel de la enseñanza pública en Asturias es por nuestro trabajo, que no está reconocido por las Administraciones Públicas competentes, que en muchas ocasiones se hace a costa de horas de trabajo no pagadas, de nuestro trabajo en casa; de nuestro compromiso con la enseñanza, llevando a los rapacinos a actividades complementarias que nadie nos compensa; atendiendo a alumnado muy diverso, con necesidades educativas, que vienen de otros países y no conocen el idioma, y como buenamente podemos... Eso lo podemos hacer un curso y dos y tres...
–¿Pero han dicho ya que no más?
–El vaso se colmó y la paciencia se acabó. El mensaje a la sociedad asturiana: somos la Junta de Personal Docente y luchamos por nuestras condiciones de trabajo, pero es que el elemento esencial para que haya una educación pública asturiana de calidad es que los profesores tengamos buenas condiciones de trabajo. Yo creo que el mensaje está calando no solo en las asociaciones de madres y padres, sino en el conjunto de la sociedad asturiana, como se verá en la manifestación.
–Como presidente de la Junta, ¿cómo valora la oferta que ha hecho la consejería en la primera reunión?
–Por primera vez en muchos años nos sentamos en una negociación de verdad, en serio. Desde ese punto de vista quiero ser optimista. Estamos negociando subidas salariales en el complemento específico autonómico que hacía décadas que se negaban. Hablamos de un aumento del profesorado de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje, que son los que atienden a los alumnos con mayores dificultades y, por tanto, a la diversidad del alumnado. De la reducción de la carga lectiva de los mayores de 55 y de la plantilla docente. La agenda está encima de la mesa, pero lo que han llevado a la primera reunión es claramente insuficiente.
–¿Cree que Lydia Espina debe seguir al frente de la Consejería de Educación?
–Es una decisión que debe tomar ella, no tenemos que enseñarle la puerta a nadie. Pero no podemos negar que el presidente la dejó a los pies de los caballos.
–Precisamente sobre la decisión del presidente, ¿cómo cree que se puede arreglar lo de esa hora?
–En la reunión que tuvimos con la consejera, acompañada además por la secretaria general técnica de la consejería, dijo por activa y por pasiva que no había más salida legal. Si ahora el presidente tiene otra salida, será él quien lo tenga que explicar. Pero fue una desautorización palmaria a la consejera.
–¿Qué cree que va a pasar el domingo en la manifestación?
–Creo que va a ser una de esas manifestaciones que se recuerde en Asturias. No cabe duda del cabreo generalizado de los más de 12.000 profesores pero también de las familias, de las madres y padres de muchos alumnos... Por eso creo que va a ser un clamor que va a ayudar a continuar con las negociaciones y espero que estas lleguen a buen puerto más temprano que tarde. Y a que se lo tomen en serio: la enseñanza es uno de los pilares esenciales de cualquier democracia.
–Si no, hay convocada una indefinida. Eso es muy difícil de mantener...
–La prolongación de este conflicto no beneficia a nadie. Los huelguistas perdemos mucho dinero, pero tampoco beneficia a un gobierno progresista. Por eso hay que llegar a un acuerdo sí o sí. Pero eso no significa que vaya a ser a cualquier precio. La Junta tiene claras las reivindicaciones y no nos vamos a apear.
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