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Es una de las características que ha convertido este movimiento en histórico: han sido los docentes los que han arrastrado a los sindicatos. Cuando ... no había unidad sindical, ellos ya estaban organizados en grupos de Telegram y a través de las redes sociales. Cuando la mayoría de los sindicatos apostaban por huelgas de dos jornadas ellos reclamaban la indefinida. Y conseguieron ambas cosas: la unidad y la indefinida. Ahora quieren también mayor protagonismo.
Silvia Silván, maestra en Noreña, es la creadora del grupo de Telegram donde hay más de 2.000 docentes. Donde surgió la idea de las camisetas negras y algunas de las movilizaciones que se han organizado en estas dos semanas. Algunos huelguistas la han coreado estos días a las puertas del EASMU, donde han pasado horas y horas a la espera de las negociaciones.
El domingo pasado, tras la histórica manifestación en Oviedo, se leyó un manifiesto unitario. En nombre de todos los sindicatos habló su presidente, Jorge Espina. Silvia quiso tomar la palabra también, pero no se le permitió, lo que generó malestar en algún sector. Sí ha podido dirigirse a la gente concentrada en el EASMU en algún momento.
Pero lo que está claro es que, ahora mismo, el movimiento docente va más allá de los sindicatos y estos corren el riesgo de perder el control sobre las movilizaciones o, al menos, sobre parte de ellas. En ese grupo de Telegram ya se ha realizado una encuesta sobre la disposición de la gente a mantener la huelga indefinida, con un apoyo importante.
Los líderes sindicales controlan más la partida de ajedrez que supone una negociación como esta y conocen los riesgos de una huelga indefinida mantenida en el tiempo. Pero es que la gente en la calle les pide «no ceder». Así se lo hicieron saber ayer, antes de que entraran en la negociación. Los directores que firmaron un manifiesto que hicieron llegar al presidente del Principado también les estaban esperando. Les entregaron ese mismo manifiesto, con algunas peticiones subrayadas, para que las hicieran valer en la negociación. La presión es mucha y las expectativas, más.
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