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Hoy es el sexto día de huelga para muchos docentes. El día 27 arrancó lo que para CSIF era ya un paro indefinido para ... todos los cuerpos docentes la primera de dos jornadas en Infantil y Primaria para CC OO, SUATEA y UGT. Una huelga que desde esta semana, y de forma unitaria, es para todo el profesorado e indefinida. Pero, como queda dicho, para muchos docentes hoy es el sexto día de huelga. Seis días de concentraciones y manifestaciones en Oviedo y de hacer mucho ruido. Seis días tratando de explicar a la sociedad asturiana y española por qué paran, por qué han dicho ¡Basta ya!
Pero también son seis días sin cobrar. Aunque depende de muchas circunstancias como la antigüedad, un maestro de Primaria pierde de medida 100 euros por cada día de huelga. Un profesor de Secundaria, 150. Notarán el descuento en la nómina de junio. Y, para algunos, será una rebaja considerable. Se cuentan estos días a través de las redes sociales casos en los que se ceden los puestos de servicios mínimos para que trabaje quien pueda necesitarlo más, o equipos directivos compartiendo el sueldo de estos días.
Por eso y por muchas otras cosas hay docentes que no ocultan ya hoy que «estamos agotados física y mentalmente». Lo cuenta un grupo del IES Fernández Vallín, de Gijón, que han participado en una concentración en La Escalerona. Una de tantas que ha surgido hoy deforma espontánea, protagonizada por las camisetas negras, sin siglas de ningún sindicato. El claustro ya ha hecho alguna comunicación pública en la que explica los motivos por los que secundan la huelga indefinida: «Entendemos que es la única vía para que las autoridades se hagan cargo de una serie de reivindicaciones que, en realidad, llevamos años articulando». «Hace tiempo que venimos observando que las medidas y los presupuestos de los sucesivos gobiernos implican el derrumbe de las condiciones en las que tratamos de enseñar y nuestro alumnado aprende», explican.
Hoy se dicen cansados de «que nos ninguneen» y de que haya «quien no entienda aún nuestra lucha, que sigan con el discurso de que tenemos tres meses de vacaciones ». Han hecho carteles para repartir en los comercios y lamentan que «una parte de la sociedad» es ajena a lo que está sucediendo. Por eso, piden más implicación de las familias, especialmente en Secundaria, y de toda la sociedad.
De hecho, muchas de las acciones de estos últimos días van encaminadas a eso, a lograr apoyo social, a explicarles a las familias por qué esta también debería ser su lucha. «Cuando te quejes que en clase de tu hija son demasiados. Cuando protestes porque la maestra de tu hijo cambia cada curso. Cuando te indignes porque su maestra está de baja y estarán 10 días sin profe...», reza uno de los escritos que se está compartiendo.
Explican que, pese a la huelga, «seguimos haciendo muchas tareas por las tardes: corregimos, ponemos notas, firmamos actas, contestamos a correos de nuestros alumnos o de las familias». Avisan de que «pese a lo que diga el Gobierno sí puede haber problemas en la selectividad, claro, hay profes que se pueden negar a corregir exámenes». Y, cuando están de servicios mínimos, «que en realidad son máximos, estamos trabajan de más».
Pese a todo, después de toda una mañana de movilizaciones y de notable hartazgo, por la tarde los ánimos parecen resurgir. Se van sumando docentes a los encierros, hay equipos directivos que ofrecen sus centros para organizar más encierros, la gente se acerca hasta la Consejería de Hacienda, en Oviedo, para mostrar su apoyo a los sindicalistas encerrados y se siguen organizando cosas para mañana.
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