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Manuel Pardo y su hija Inés posan con varias camisetas del Avilés en su domicilio en Lanzarote. LVA
'Play off' de ascenso a Primera RFEF

Un viaje de 3.500 kilómetros para apoyar al Real Avilés

El avilesino Manuel José Pardo, residente en Lanzarote, quiere revivir el éxito de su equipo que disfrutó de niño cuando jugaba en la cantera

Alberto Santos

Avilés

Jueves, 29 de mayo 2025, 00:54

El 'play-off' de ascenso a Primera RFEF que mantiene en vilo a toda una ciudad en las últimas semanas da para muchas historias. Cada aficionado tiene un motivo para ilusionarse con este renacimiento del Real Avilés Industrial y la oportunidad de volver a acercarse a la élite. Pero casi siempre hay una palabra que ejerce de hilo conductor de todas las experiencias: infancia. El sentimiento blanquiazul no nació al rebufo de una buena época, como tampoco nadie fue capaz de matarlo en los tiempos más oscuros. Muchos abuelos y padres enseñaron a los niños a andar en bici, y a ser del Avilés, y eso es algo que cuando empiezas nunca se olvida.

Por eso no hay distancias, ni físicas ni temporales, para disfrutar de un momento que puede ser único como el posible ascenso del Real Avilés. Eso lo tiene claro mucha gente, como el ingeniero avilesino de 50 años Manuel José Pardo Riesgo, que recorrerá en dos días más de 3.500 kilómetros en avión desde Lanzarote «para aprovechar un momento muy guapo». Partirá de la isla canaria a las 8.30 horas del viernes, vía Sevilla, y regresará a las 6.20 horas del domingo, «y, si hay suerte dormiré poco soñando con la celebración del ascenso».

A pesar de vivir en Canarias con su mujer Patricia, también avilesina, y su hija de 16 años Inés, «que lleva la camiseta del Avilés a clase», Pardo no ha perdido el contacto con el equipo blanquiazul desde que dejó Asturias hace más de dos décadas. Su vínculo emocional va más allá de ser un aficionado más, porque 'mamó' lo que era el Real Avilés de los tiempos dorados enrolado en la cantera de La Toba. «Estuve desde benjamines hasta juveniles y ahí ya lo dejé. Se veía que de esto no me iba a ganar la vida, aunque era una ilusión muy guapa. El último año compatibilicé los estudios con entrenos, pero ya no me daba el cuerpo y no era tan bueno como para apostar por el fútbol. No me daba el nivel», bromea.

Era otra época, en la que también disfrutaba de recogepelotas en el antiguo Suárez Puerta, «cuando había aquel marcador simultáneo con todos los partidos», antes de poder ver en el Muro de Zaro en Segunda División a equipazos «como el Deportivo o el Villarreal».

«Me hace ilusión ver que la gente está muy conectada, sobre todo estos tres últimos años que han logrado movilizar mucho a la afición»

La metodología en la cantera era muy distinta, con más convivencia entre los jugadores de las distintas categorías, por lo que Pardo, que era portero, podía compartir «una vez a la semana» los entrenamientos que coordinaba el meta histórico del club Baltermi con jugadores como Julio Iglesias, Quique Martín o Rafa González. También coincidió en esa época con Esteban «que era muy bueno, un máquina ya de crío», o su primo Nacho García.

Con ese pasado, no es extraño que a este ingeniero avilesino le haga ahora «ilusión ver que la gente está muy conectada, presta estando fuera sobre todo estos tres últimos años que han logrado movilizar mucho a la afición. El domingo había mil en un partido fuera de casa y hace poco no había ni mil en casa. Ver que la gente está pendiente y que viven el club en la ciudad. Yo vivía cerca del campo y desde casa sabías cómo había ido e partido».

Desde que se superó «esa época más oscura en la que no me llegaban más que noticias feas», Pardo siempre ha buscado «cómo ayudar ahora que veo a la gente cómo se emociona, por eso cada vez que voy compro algo, una camiseta... Y el año pasado también me hice abonado».

El sábado puede llegar otro hito en la historia del Real Avilés. «Esperemos que sí, pero hay que pelearlo. Es el único miedo, que el resultado es tan bueno..., pero los chavales tienen fútbol y parece que tienen mentalidad también porque han estado fuertes de coco en las eliminatorias, y si hay momentos de zozobra, que la afición rescate al equipo», concluye el avilesino.

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